Cartel de Átame. Película de Pedro Almodóvar de 1990.
La secuencia de fotogramas que capturo, explicitan, un mensaje desde el inconsciente que trata de ejercer la supremacía fálica del hombre, y el sometimiento de su compañera biológica: la mujer.
Un paciente,en estado de ataraxia, observa a Ricki, Antonio Banderas, quien con un destornillador está arreglando una cerradura. ¿Qué representa el paciente? La máxima quietud; él es la figura de la incapacidad, incapacidad fálica, por eso mira a Ricki, porque él es el portador del gran falo, ese falo que sirve para doblegar a las féminas, como bien explica la película, con toda clase de detalles.
¿Y qué es el destornillador? Es el símbolo del falo, es el valor todopoderoso del bálano, ese órgano sexual capaz de matar y violar, que el hombre recibió de la naturaleza o los dioses. El destornillador actúa sobre la cerradura, ¿y qué es la cerradura? La vagina, el orificio que puede ser penetrado o violado, la ranura que puede ser atravesada.
Después, llega la enfermera, curiosamente, una enfermera libidinosa, ¿y cómo la presenta Almodóvar? Con la cabeza cortada: el encuadre es el idóneo para que su cabeza no aparezca, ¿por qué? Porque es el instrumento del hombre, en manos del hombre, porque su personalidad es incolora, porque sólo es un mero cuerpo, simplemente un bien matérico. Almodóvar la caracteriza mostrando sus piernas, arremangada, con gran escote. Finalmente, ella se marcha, trasluciendo un trasero respingón, donde se vislumbra un tanga con total claridad. Ella es la efigie de barro moldeada por la mano venosa y peluda del patriarcado. Almodóvar lanza la idea usando técnicas de inconsciente.
Almodóvar trabaja para el patriarcado, de no haber sido así, no habría lograda la fama, ni tampoco, el dinero. El Sistema, entramado polígamo de entes, que gobierna en la sombra, es paternalista, y con su control sobre todo lo visible, usa mecanismos que apelan a nuestro subconsciente, y que sólo podemos descifrar, con trabajo, y sabiendo, que la mayoría de esos actos se escapan de nuestra limitada inteligencia.
A continuación, muestro la secuencia de los fotogramas, que suponen el comienzo de la película:
Asimismo, esta película reencarna los valores del
patriarcado español por excelencia. El film, capitaneado por Antonio Banderas
(Ricki), en su papel de supermacho agresor, relata la vivencia de un psicópata
que sale del psiquiátrico por orden del juez y sólo tiene una obsesión en la
vida, secuestrar a Victoria Abril (Marina) hasta que ésta se enamore de él.
Marina es una mujer con la que ya tuvo una relación sexual y que en su papel de
víctima, con una ambigüedad moral notable y un síndrome de Estocolmo aberrante,
termina enamorándose y empatizando con su secuestrador, manifestando la miseria
espiritual del cineasta bajo el dogma freudiano.
Antonio Banderas, maltratador, enfermo y hombre
dictatorial se vale de su fuerza física para secuestrar a una mujer, Marina, en
su propia casa, y someterla a sus preceptos autocráticos, atándola a la cama,
amenazándola con una navaja y golpeándola brutalmente.
El inicio de la película ya nos reseña la
condición patriarcal-perversa del
cineasta. Ricki está en el psiquiátrico con un destornillador operando en la
cerradura de una puerta, símbolo del falo, el que doblega a las mujeres, frente
a un paciente en estado de ataraxia, ideograma del hombre que en su quietud no
puede retener a las mujeres, y entonces, llega una enfermera, en un plano que
le corta la cabeza y visiona sus piernas primero, y su escote después.
¿Qué
mensaje traslada al subconsciente Almodóvar? Que el hombre, portador de la
fuerza de su falo (símbolo del destornillador) puede domeñar, que el ataráxico
queda abandonado en un rincón pues no tiene poder fálico, y que la mujer no es
un ente al otro lado de la ecuación de género, en el mismo rango que el hombre,
sino que es un objeto a su beneficio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario