Raisa y Jon caminan, huyendo del centro de menores conflictivos, en They Have Escaped (2014), de J. P. Valkeapäá.
La historia de esta gran película, realizada en Finlandia: They Have Escaped, de 2014, del finlandés J. P. Valkeapää, nos lleva a Finlandia, el país con la mejor educación del mundo.
La historia radica en Joni, un joven timorato de 19 años, que rehúsa a realizar el servicio militar, y por tanto, le ofrecen el plan alternativo de prestar servicios sociales en un centro con jóvenes conflictivos y altamente agresivos. Su director le explica taxativamente que de huir del centro acabaría en la cárcel o bajo arresto domiciliario, por lo que sabe lo que se juega.
Sin embargo, cuando conoce a Raisa, de 17 años, una muchacha rubia de grandiosa beldad y unos ojos de color aguamarina preciosos que embelesan a todo ser viviente, decide huir del centro de menores con ella, y ello provoca un periplo lleno de vivencias heteróclitas, con un cariz iconoclasta al cine comercial, y más propio, del auténtico cine, ése que no se queda en la dermis del drama humano, sino que se adentra en lo espiritual.
Su huida les obliga a pasar necesidades, y estar a merced de las contrariedades de la vida y de los caníbales sin un miligramo de tolerancia.
Cuando Raisa entra en una pizzería, para tratar de robar dos pizzas familiares con la argucia de que su padre está buscando aparcamiento, y que él, las pagará cuando llegue, un sexagenario entra en la tienda para usar el baño primero, por 2 euros, pero, después, para comprar una pizza, ya que el baño es gratis para clientes. El tipejo, con ademán chulesco, saca un billete de 500 euros y lo extiende con ambas manos, y se sienta, mientras el mesero va a por cambio; y con jactancia de un megalómano, espeta que no puede creer que el dueño no tenga cambio.
A continuación, él se acerca a Raisa, lentamente, y reposa el billete de 500 euros en su mesa, para comunicar un segundo después: "chúpamela". Raisa, nerviosa, no mueve su cuerpo pero sí arruga sus músculos faciales, se incomoda. Traga saliva con dificultad, mira hacia el billete, convulsa, parpadea con fuerza, mueve con un tic su labio inferior y su zona maxilar, y las aletas de su nariz se agitan, y finalmente, con la parte externa de sus falanges arroja el billete al suelo.
Con esa lanzada la dignidad vence al hambre. Pues en muchas ocasiones, uno o una, no quiere prostituirse pero las condiciones de la hambruna obligan a ello. Raisa, en esa acción educa a las jóvenes de todo un país y toda Europa. Es el proverbio de la dignidad frente a los canallas que sobreviven perforando la integridad de otros y otras. Es la victoria de la decencia y la justicia contra la pederastia y los terroristas sexuales. Es un gesto encomiable que eleva.
El papel interpretado por Roosa Söderholm, es tan necesario por su instrucción de lucha y honestidad de ánima, que aúlla a los almacidas que siempre iluminan a la película cómica, la que se ríe de la violada y que genera carcajadas entre la audiencia ignara, desprovista de cavilación, no sabe, que con ello se fertiliza una apología emética hacia los delincuentes, que lo sarcástico es un arma para el abusador sexual, en su búsqueda por obtener más fuerza política y social en sus atentados. Por ello, Raisa, en esta película dramática representa lo contrario de la comedia, y eso es, la honradez y la dignidad femenil frente al atropello de los poderosos.
Cuando vi la escena sólo sentí envidia, de la persona que a pesar de su poca experiencia vital y de su situación empobrecida, mantiene su orgullo de humano y rechaza la proposición infecta del criminal sexual, perfectamente personificado en este sexagenario abyecto.
Escena explicada en fotogramas:
No hay comentarios:
Publicar un comentario